A tres años de su entrada en vigencia, generó complicaciones y aumentos acumulados del 580 por ciento. La oferta está en niveles mínimos en todo el país. El sector reclama que la ley se reformule con urgencia
A 3 años de vida de la polémica Ley de Alquileres que sancionó el Congreso nacional en junio de 2020 y que entró en vigencia al mes siguiente a esta altura se puede afirmar que sólo generó incertidumbre y que no benefició el acceso a la vivienda una problemática que ya lleva décadas en la Argentina.
Hay distintas razones que explican el porqué no fue beneficiosa en momentos en donde la oferta se desplomó a niveles récord: se estiman que en la ciudad de Buenos Aires se redujo un 45% en tres años.
Y además cómo lo informó Infobae, los aumentos desde que entró en vigencia la ley en CABA subieron un 580%.
Hoy encontrar una vivienda para alquilar de manera tradicional es una misión imposible porque los propietarios nunca estuvieron de acuerdo con la duración de los contratos a 3 años, aumentos interanuales y la grabación del contrato ante la AFIP, entre otras cuestiones, que fijó la norma.
Y hasta que no se modifique o derogue, no quieren volver a poner sus inmuebles en alquiler.
Varias razones explican por qué la ley no trajo certidumbre, y desde el mercado inmobiliario reclaman que se reformulen tres temas urgentemente: que los contratos vuelvan a dos años en vez de tres; que los ajustes sean semestrales o trimestrales y no interanuales porque la inflación hace estragos y los propietarios entienden que el valor queda atrasado al tercer o cuarto mes del ajuste del contrato; y que los aumentos se pacten entre partes como era antes de la ley actual.