2 de agosto de 2022 | Internacionales.

Estados Unidos pide la confiscación del avión venezolano

 

Para el Departamento de Justicia estadounidense, la venta de la nave de Mahan Air a Emtrasur no estaba autorizada

La novela del avión venezolano-iraní sigue sumando actores de la política mundial. Un día después de que el juez federal de Lomas de Zamora, Federico Villena, autorizara la salida del país de doce de los tripulantes que aterrizaron en Argentina el 6 de junio pasado, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos reclamó que se incaute la aeronave.

A través de un comunicado, el Departamento de los Estados Unidos informó que había cursado un pedido para que las autoridades argentinas secuestren el Boeing 747 que está estacionado en Ezeiza. Lo hizo en base a una orden de incautación que emitió un tribunal distrital de Columbia el 19 de julio pasado –cuando el avión ya llevaba casi un mes y medio en la Argentina–.

El tribunal de Columbia sostiene que el avión fabricado en los Estados Unidos está sujeto a decomiso por haber violado las leyes de control de las exportaciones. Lo que sucede, según explica el Departamento de Justicia, es que se hizo una transferencia no autorizada desde Mahan Air –una aerolínea a la que relaciona con la Fuerza Quds, a la que también cataloga como terrorista– a la empresa Emtrasur venezolana.

Desde 2008, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos venía prohibiendo que Mahan Air se involucre en transacciones con cualquier producto que haya sido exportado desde los Estados Unidos –como es el caso del Boeing 747–. Cerca de octubre del año pasado, Mahan Air transfirió la custodia y el control del avión a Emtrasur sin la autorización de Washington. Según el Departamento de Justicia norteamericano, hubo nuevas violaciones a la ley cuando Emtrasur “reexportó” el avión entre Caracas, Teherán y Moscú.

El pedido del tribunal de Columbia se basa en lo que encontró la Justicia argentina al momento de requisar el avión, según el comunicado difundido por el Departamento de Justicia. De acuerdo con Estados Unidos, el capitán registrado de la aeronave – Gholamreza Ghasemi– fue identificado como un excomandante de la Fuerza Quds y accionista y miembro de la junta directiva de la aerolínea iraní Qeshm Fars Air. En realidad, se encontró una foto en la que se ve a un hombre joven con parecido al piloto usando un uniforme de la guardia revolucionaria iraní, pero la Gendarmería –que hizo el peritaje– dijo que no tenía elementos suficientes para decir que se tratara de la misma persona, por lo que el juez no lo descartó. Durante las inspecciones al avión, se halló, además, un registro de vuelo de Mahan Air que documentaba los vuelos de la aeronave después de la transferencia a Emtrasur, incluido un viaje a Teherán en abril de este año.

En 2011, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a Mahan Air por brindar supuesto apoyo material al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica-Fuerza Quds, y Qeshm Fars Air fue sancionada en 2019 por estar controlada por Mahan Air y por brindar apoyo material a la Fuerza Quds.

En cuanto el pedido ingrese formalmente al expediente que se abrió el 13 de junio pasado con una denuncia de la DAIA, el juez Villena y la fiscal Cecilia Incardona tendrán que expedirse sobre las acciones a seguir frente al pedido de los Estados Unidos.

El lunes, Villena autorizó que doce tripulantes del Boeing 747 abandonen el país. Por el contrario, mantuvo la decisión de continuar investigando a otros cinco tripulantes –dos iraníes y tres venezolanos–, incluido Gholamreza Ghasemi. En el caso de dos de los iraníes, el juez sostuvo la prohibición hasta en tanto se termine con la traducción de contenidos de los dispositivos electrónicos que les fueron secuestrados.

“Resulta por lo menos extraño que el Sr. Gholamreza Ghasemi, quien ostenta calidad de CEO y miembro del consejo de administración de la aerolínea Qeshm Fars Air, haya ingresado al país en calidad de instructor de la tripulación del avión Boeing 747, matrícula YV3531 en virtud del ‘Programa de Adiestramiento’ previsto para la tripulación venezolana de la aerolínea Emtrasur”, escribió Villena y sostuvo que, en realidad, la instrucción podría tratarse de una actividad de “pantalla”

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