Portugal vuelve al «estado de calamidad» por el coronavirus y rigen nuevas restricciones
Los barbijos son obligatorios en espacios cerrados, y los portugueses deben mostrar una prueba de vacunación contra la covid-19, que se han recuperado de la enfermedad o un test negativo para entrar en restaurantes, cines, gimnasios y hoteles.
Portugal entró en «estado de calamidad», lo cual implica controles en la frontera y en los aeropuertos y exigencia de testeos negativos para acceder al ocio nocturno, el mismo día en el que las autoridades sanitarias confirmaron 14 positivos de la variante Ómicron. Esta cifra convierte a Portugal en el segundo país de Europa con mayor número de casos de esta variante, solo detrás de Países Bajos. La quinta ola de la pandemia no da tregua en el continente: autoridades sanitarias de Alemania informaron este miércoles 446 fallecidos por coronavirus, la cifra más alta desde el 20 de febrero.
Barbijos obligatorios y testeos negativos
La sospecha de un nuevo positivo de la variante Ómicron en un hospital del sur de Lisboa llevó a las autoridades sanitarias a cerrar durante 14 días el servicio de pediatría y a aislar a 28 trabajadores y otros tantos pacientes. La jornada se estrenó también en Lisboa con largas filas en el mayor centro de vacunación del país, instalado en el Parque de las Naciones de la capital, con capacidad para más de seis mil personas por día.
El estado de calamidad está un escalón por debajo del de emergencia (el nivel más elevado, que se utilizó para decretar confinamientos) y faculta al gobierno a imponer medidas estrictas sin aval del Parlamento. Estará en vigor hasta el 20 de marzo y llega en un momento de incremento de contagios con una incidencia de 325 casos cada 100 mil habitantes.
Desde este miércoles los tapabocas son obligatorios en espacios cerrados, y los portugueses deben mostrar una prueba de vacunación contra la covid-19, que se han recuperado de la enfermedad o un test negativo para entrar en restaurantes, cines, gimnasios y hoteles, entre otros sitios. Las discotecas, hospitales, geriátricos y estadios deportivos también deben exigir un test negativo en coronavirus a todos los visitantes y clientes, incluyendo a los vacunados.
El país reforzó los controles fronterizos y hasta el nueve de enero será obligatorio presentar el certificado de vacunación y un test negativo para entrar por vía aérea. En la frontera con España, los ciudadanos de países europeos en riesgo bajo o moderado necesitarán el certificado de vacunación y los procedentes de zonas de alto riesgo precisarán también de un test negativo.
Para frenar los contagios que puedan darse en las fiestas de fin de año, el primer ministro portugués, Antonio Costa, anunció además medidas más severas desde la primera semana de enero: extensión de vacaciones escolares, teletrabajo obligatorio y cierre de bares y discotecas.
Campaña por las dosis de refuerzo
Portugal, país de Europa con mayor porcentaje de ciudadanos vacunados, lanzó una nueva campaña de inmunización para intentar frenar el resurgimiento de la pandemia. Tras vacunar al 85 por ciento de su población desde comienzos de octubre, las autoridades lanzaron otra carrera contrarreloj para inocular una dosis de refuerzo a casi el 20 por ciento de la misma antes de las vacaciones navideñas.
Testimonio de la voluntad del gobierno socialista Costa para acelerar la campaña de vacunación, simultáneamente a la entrada en vigencia de nuevas restricciones, el mayor centro de vacunación abría sus puertas este miércoles en Lisboa. Instalado en un gran pabellón del principal sitio de exposiciones de la capital portuguesa, éste duplicará la capacidad de inoculación, permitiendo administrar diariamente hasta seis mil dosis de vacunas anticovid y tres mil contra la gripe.
«Corrimos un largo maratón para finalizar la campaña de vacunación con un resultado excelente», comentó el neumólogo Filipe Froes, responsable del gabinete de crisis por covid-19 de la Orden de Médicos del país ibérico. «Por supuesto que estamos agotados, pero inclusive creo que deberíamos haber empezado a administrar las dosis de refuerzo antes», agregó Froes.
Gracias a una de las tasas de vacunación que se ubica entre las más altas del mundo, Portugal experimentó un repunte de la pandemia más tardío y menos acentuado que otros países. Sin embargo, el número de nuevos casos diarios aumentó de manera considerable en un mes. Este indicador, al igual que la cantidad de personas hospitalizadas, se acerca al tope alcanzado durante el pasado verano boreal, con la llegada de la variante Delta.
La covid-19 ha dejado en Portugal, hasta el momento, 18.441 muertos y 1.147.249 infectados. El país registró este miércoles la cifra más alta de nuevos contagios, con 17 muertos y una incidencia de 349,8 por cada 100 mil habitantes. Según la Dirección General de Salud (DGS), en las últimas 24 horas se contabilizaron 4.670 nuevos positivos, la cifra más alta desde julio.