En vísperas de Semana Santa el Gobierno nacional restringió la llegada de vuelos internacionales con el fin de enfrentar la segunda ola del coronavirus. La medida implica la suspensión de vuelos desde Brasil, Chile y México y mayores controles para quienes regresen de los demás países. Tanto en Brasil como en Chile, existe una alta circulación comunitaria de la cepa Manaos, una de las más contagiosas, y con la medida se busca limitar su propagación. La decisión de incluir a México se dio después de que decenas de estudiantes de secundaria llegasen contagiados.

Si bien la destacan como una buena medida, sectores del propio oficialismo alertan y piden un cierre total de fronteras basado en divulgaciones científicas donde se recomienda el aislamiento obligatorio para TODOS al regresar al país, durante 5 días. Al 4to día si es positivo el testeo PCR se extiende aislamiento hasta 10 días, de lo contrario al 5to día podrían salir. Se apoyan en un trabajo que indica que hasta el 54% de los pacientes puede tener resultados falso negativo, lo cual indica que al aislar sólo a los positivos en Ezeiza/Aeroparque mandaríamos a su casa a la mitad de los infectados. A esto se le suma que a los positivos se los manda a la casa y no a hoteles. Se supone que habrá un seguimiento real que hasta ahora no ha sido satisfactorio. El control del cumplimiento de aislamientos en hogares es bajísimo debido a la precaria capacidad logística. También advierten que no es recomendable depositar la seguridad sanitaria de toda la población en la responsabilidad individual de quienes, con una conducta absolutamente irresponsable, viajaron a países de altísimo riesgo. El dato positivo es que en este momento son muchos menos pasajeros.

Cumpleaños poco feliz

El Mercado Común del Sur preparó una cumbre con nuevo logo y estatuto ciudadano para celebrar sus 30 años, pero el festejo se puso picante. La sorpresa esta vez fue que la pimienta no la puso Jair Bolsonaro, que optó por verlo desde la tribuna, sino el tono impuesto por Luis Lacalle Pou cuando dijo que el Mercosur no podía ser un “lastre” ni un “corset” que impida moverse a su país. El presidente argentino reaccionó contestando que si el bloque se ha convertido en una carga era mas fácil bajarse del mismo, mostrándose orgulloso se ser parte del grupo. También exhortó a los demás miembros a terminar con esas ideas que ayudan tan poco a la unidad.

La línea política de “flexibilizar” el Mercosur expresada por Lacalle Pou no es exclusiva de la coalición multicolor que hoy detenta el poder en el paisito, sino que viene siendo planteada, en otro tono, también por el Frente Amplio.

A diferencia con otros momentos, en los que Brasil cerraba filas con la Argentina para proteger el bloque, hoy el gigante que concentra las dos terceras partes del PBI conjunto coincide con Uruguay en su mirada sobre forzar una apertura.

Todo esto sucedió en la misma semana que nuestro país se decidió a salir del Grupo de Lima, lo que trajo calma al interior del frente de Todos.