10 de febrero de 2021 | Nacionales.

Turismo. Destinos ganadores y perdedores de un verano atípico

“Hace años que no se veía tanta gente, estamos teniendo el mejor verano de la historia, con una ocupación del 87% en promedio. A partir de diciembre, explotó de visitantes y se mantuvo, incluso los días de semana, con estadías más largas que las habituales”, resume con entusiasmo Gustavo Sandoval, secretario de Turismo de Tornquist, donde se asientan Sierra de la Ventana y Villa Ventana, entre otras localidades. Pero este caso no es más que una de las pocas excepciones que confirman una regla que se extendió a lo largo y ancho del país: viajó mucha menos gente que en enero del año pasado, cuando la palabra coronavirus recién se empezaba a escuchar en las noticias internacionales. Y faltaron, claro, los turistas extranjeros, que solo en enero del año último sumaron 900.000 visitas.
La temporada se fue demorando, con definiciones sobre aperturas casi sobre la fecha. Revolotearon rumores infundados de cierres anticipados, se sumaron algunas restricciones y requisitos de testeos en algunas provincias, se redujo considerablemente la oferta de vuelos y servicios de ómnibus. Pero, a pesar de todo y entre los nubarrones grises que sobrevuelan sobre el sector turístico nacional desde que comenzó la pandemia, en lo que va de esta atípica temporada hubo algunos rayitos de sol, con visitantes que cumplieron con las pocas expectativas en este contexto tan particular y ayudaron a revivir las castigadas economías regionales.

Según un informe del Ministerio de Turismo y Deportes, más de 8 millones de personas se movilizaron por los destinos de todo el país desde el inicio de la temporada. Los números señalan que el Partido de la Costa, Mar del Plata, Villa Gesell, Bariloche, Villa Carlos Paz, Pinamar, Monte Hermoso, San Martín de los Andes, Salta, Gualeguaychú y San Rafael tuvieron el mayor caudal turístico, aunque muchos no estuvieron ni cerca de los niveles de ocupación de otros años. Como odiosa comparación, en enero de 2020 viajaron por la Argentina más de 13 millones de turistas.

En este verano inédito, hubo destinos y rubros de la actividad turística que se vieron beneficiados y otros que siguen muy golpeados.
Los ganadores

En líneas generales, los ganadores son los destinos de cercanía (próximos a las grandes ciudades a los que se puede llegar fácilmente en auto), las localidades más chicas asociadas con la naturaleza, algunos puntos patagónicos y de la Costa Atlántica.

Se beneficiaron en general los complejos de cabañas, hubo un boom de alquileres de casas con piletas en la zona norte de la provincia de Buenas Aires y crecieron las escapadas a Tigre y Pilar.

Las rentadoras de autos se vieron favorecidas porque muchos turistas prefirieron movilizarse de manera independiente, en lugar de hacer excursiones en los lugares de veraneo.
Los perdedores

Entre los que sufrieron una baja alarmante de visitantes se encuentran los destinos que suelen recibir extranjeros, como Ushuaia, El Calafate y Puerto Iguazú. También las ciudades de Buenos Aires y Córdoba, donde, además llegaban viajeros corporativos y de convenciones. En la capital cordobesa, por ejemplo, cerraron definitivamente el Sheraton y el Amerian Córdoba Park, dos hoteles cinco estrellas referentes en el lugar, por la falta de huéspedes y el arrastre de tantos meses de inactividad.
La hotelería es, justamente, uno de los rubros más castigados de punta a punta de la Argentina. Según un relevamiento de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT), que agrupa a establecimientos de 4 y 5 estrellas del país, el promedio de ocupación a nivel nacional es del 26% en lo que va del verano. “La caída se debe a que muchos viajeros se inclinaron masivamente hacia el alquiler de casas, aun cuando no estaba confirmada la temporada y muchos hoteleros no tomaban reservas. No hay turismo internacional ni corporativo, la temporada empezó más tarde y sufrimos varias restricciones”, enumera Roberto Amengual, presidente de la AHT. Advierte que la situación es crítica: “El porcentaje de ocupación necesaria para cubrir los costos de mantenimiento de un hotel es entre el 40 y el 50%, según cada establecimiento. Los números actuales no alcanzan ni al promedio mensual necesario, además venimos de muchos meses sin trabajar”.

Los números del informe dan cuenta que en la provincia de Buenos Aires los porcentajes de ocupación hotelera en lo que va de la temporada fueron del 44% con picos del 50%. El verano pasado, en este mismo período, fue del 76,% en promedio, con un pico de 88.4% en enero.

La ocupación en los hoteles de la Patagonia se desplomó del 74,2 del verano pasado al 28% para el promedio de diciembre y enero actual. En el Litoral pasó del 65,2 al 22% y en la zona centro, del 64,3 al 24.5%. En CABA , del 64,1 se descendió a un alarmante 14.5%. El NOA bajó del 60,9 al 25%.

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