Durante 90 minutos, sobre el paño de La Bombonera, Racing apostará a conseguir un resultado que lo ubique en las semifinales de la Copa Libertadores, una zona en la que no ingresa desde 1997. En 2003, 2016 y 2018 la frontera de América fueron los octavos de final para la Academia. En 2015, los cuartos. Ahora, con la ventaja mínima de 1 a 0 conseguida como local, buscará ante Boca cruzar ese límite que persigue hace más de dos décadas. Por eso en la mitad celeste y blanca de Avellaneda se percibe este como un duelo que puede marcar la historia del club.
Es paradójico porque Racing no parece atravesar el mejor momento de los últimos años. Por un lado por la intempestiva salida del ídolo Diego Milito del cargo de director deportivo tras los cortocircuitos con el presidente Víctor Blanco, que llevan a la idea de que, en caso de eliminación, este puede ser el último partido de Sebastián Beccacece como entrenador académico, además del final de un ciclo para muchos referentes del plantel. Entre Milito y Blanco, por gestión de Beccacece, se firmó una tregua mientras dure el sueño copero de Racing. Y los tres confían en que ese suspenso no se astille esta noche ante Boca.
Al menos desde el nivel individual de sus jugadores, además, la Academia no llega tampoco en una gran versión. La muestra más clara: su capitán y bandera Lisandro López lleva más de 14 meses sin convertir un gol, más allá de haber acertado su penal en la serie ante Flamengo. En un año con muy poca actividad por la pandemia, sumado a la rotación que eligió Beccacece por la Copa Diego Maradona, Racing mostró una muy buena imagen en la primera ronda de la Libertadores y luego dio un golpe sobre la mesa al eliminar al campeón en octavos de final, en el Maracaná. Sin embargo, más allá del buen nivel de sus laterales Eugenio Mena y Fabricio Domínguez, además del arquero Gabriel Arias, se vuelve difícil encontrar una figura destacada.
Los motivos por los que Racing se asoma a la posibilidad de meterse en las semifinales de la Libertadores tras 23 años tienen que ver con lo colectivo. Con una base de futbolistas que ya consiguió dos títulos el año pasado -Arias, Iván Pillud, Alexis Soto, Leonardo Sigali, Nery Domínguez, Mena, Augusto Solari, Marcelo Díaz, López, Darío Cvitanich- y que se puso como meta dar la pelea en el plano internacional. Ese es el combustible diario y lo que parece darle un plus en momentos cruciales. Para el cuerpo técnico, la mejor muestra de esto fue la seguidilla de pases que terminó en gol en el partido de ida. Y buscará imponer ese espíritu en el partido de vuelta, para no sufrir cerca del arco propio como le pasó ante Flamengo.